miércoles, 4 de junio de 2008

Centros Penitenciarios Juveniles

Desde que entró en vigencia la Ley Penal Adolescente, que fue diseñada para los infractores de la ley, mayores de 14 años y menores de 18, llega con ella un gran problema; los centros penitenciarios juveniles. Según esta ley, estos jóvenes o adolescentes tendrán que cumplir internándose en un centro reformatorio, si es necesario, donde podrán mejorar sus expectativas de vida y salir de la vida que llevaban como infractores de la ley mediante a una educación técnica. La ley especifica: "Las sanciones y consecuencias que esta ley establece tienen por objeto hacer efectiva la responsabilidad de los adolescentes por los hechos delictivos que cometan, de tal manera que la sanción forme parte de una intervención socioeducativa amplia y orientada a la plena integración social." Artículo 20. Es así como se pretende llegar a la reinserción social, para que estos “ex delincuentes” salgan con un currículo limpio. Además se les entregará ayuda para rehabilitarse de las drogas si es necesario tal como lo afirma el Artículo 17 "En virtud de ello, dicho régimen considerará necesariamente la plena garantía de la continuidad de sus estudios básicos, medios y especializados, incluyendo su reinserción escolar, en el caso de haber desertado del sistema escolar formal, y la participación en actividades de carácter socioeducativo, de formación, de preparación para la vida laboral y de desarrollo personal. Además, deberá asegurar el tratamiento y rehabilitación del consumo de drogas para quienes lo requieran y accedan a ello."

La Ley Penal Adolescente tiene estrecha relación con el problema que sufren hoy en día, los centros penitenciarios juveniles. Cuando comenzó a regir la ley, el diario el Mercurio afirmó que en un informe reciente, se estableció que no estaban las condiciones prácticas para la adecuada puesta en marcha del sistema. (Extraído de "Ajustes a justicia juvenil", Editorial diario El Mercurio, Martes 8 de Mayo 2007). Es por eso, que es muy cuestionable; si ¿Se puede poner en marcha un proyecto sin tener dadas las condiciones? Al parecer sí, y en Chile ya se está volviendo algo común. No tan solo con esta ley, también con el Transantiago y con el hospital de Curepto, por ejemplo.

Luego de un informe hecho por la Unicef entre Noviembre del 2007 y Marzo del presente año, se dieron a conocer en las condiciones precarias que viven estos adolescentes. Es aquí cuando comenzamos a preguntarnos si es que ellos también merecen un trato digno, que los respeten, que respeten sus derechos humanos, sus derechos del niño; cuando ellos no respetaron los de otros, y por eso están “pagando”. Pero, en efecto, el derecho es para todos igual y como tal deben ser tratados dignamente, y por lo informado por la Unicef; eso no esta sucediendo. Las horas sin hacer nada, la falta de control médico, el personal insuficiente y mal preparado, la escasez del espacio, etc… Son algunos de los problemas encontrados en los recintos. Por ejemplo, en el Centro Tiempo Joven, su capacidad es de 150 personas y hoy hay 208 adolescentes. Además que en ese mismo lugar, los jóvenes no cuentan con agua caliente para ducharse; una necesidad básica para las personas.
Es por todo esto, que al fin de cuentas nos quedamos con gusto a poco. Esta nueva ley que pretende lograr la reinserción social de los jóvenes y con esto disminuir la delincuencia y mejorar la calidad de vida de los mismos; no esta haciendo más que crear desesperación, rabia y a la vez incrementa su ansiedad y frustración en contra del sistema. Por lo tanto, mientras la regulación del sistema no mejore, es poco probable que la Ley Penal Adolescente no dará los frutos que pretendió obtener y por tanto los centros penitenciarios tampoco lograran su objetivo.

4 comentarios:

Amanda Navia dijo...

Con respecto al tema tengo un conflicto interno porque una parte de mi dice que los jovenes que estan en los centros penitenciarios son delincuentes que no se merecen que gasten dinero en su bienestar siendo que ellos perjudican a otros y personalmente creo que la mayoría de los que cumplen la condena cuando salen vuelven a delinquir pero no es culpa de los establecimientos, sino del pensamiento y mentalidad de la sociedad chilena; por la grave falta de educación. Pero por otro lado son personas también y a lo mejor en el fondo de sus corazones lo hacen para poder vivir y no solo para hacer daño como lo veo y pueden ''rehabilitarce''.
No se, es difícil saber que tienen en mente ellos.
Puede sonar un poco cruel lo que acabo de escribir pero tengo sentimientos encontrados.

Con respecto a la manera de escribir vuelvo a recalcar tus grandes capacidades.

Ignacia Valenzuela dijo...

Me pasa lo mismo Amanda, pero... Para la justicia, para la ley, todos tenemos los mismos derechos, y como tal todos nos merecemos ser tratados diganamente.

Juan Magasich Capone dijo...

Yo creo que tienes razón, que en teoría el derecho es igualitario para todos, la justicia es ciega, etc, etc. Pero eso es sólo en teoría. Yo creo que la teoría, en este caso representada por la ley, nos dice otra cosa que la práctica, representada por la vida que llevan los jóvenes adentro, y el resultado que obtienencuando salen.

Creo que el objetivo de la ley, por más que no lo diga en su redacción, es el de alejar de la sociedad a estas que quizá sean consideradas las "manzanas podridas" por algunos, creo que ese es el objetivo en la práctica de la ley, y que los que en principio crearon la ley, nunca la pensaron como una herramienta de ayuda para estos jóvenes, ya que recordémoslo, los que hacen leyes son [b]humanos[/b] y no entes divinos y perfectos. Humanos, hombres y mujeres con intereses determinados, por lo que sus decisiones no siempre van a ser justas o convenientes, sino que se van a ajustar a su ideología.

Bueno y yendo al caso ya más concreto, creo que ya es suficiente castigo estar alejado de las calles y de la familia por largo tiempo, y también creo que es insólito que no tengan las necesidades de higiene o de comodidad básicas (no lo sabía).

Otro buen artículo, creo que de nuevo recalcaste exclusivamente lo que querías y no te desviaste.

Saludos, Juan.

Unknown dijo...

Yo creo que los jóvenes merecen una atención adecuada, como debiera ser. Creo que lo que ellos deberían extraer de su reclusión es una forma de enfrentarse a la sociedad distinta, es decir, educación, habilidades técnicas etc. Si pensamos que porque es delincuente merece maltrato, o que la cárcel juvenil es un maltrato, creo que estamos mal. En este punto difiero con el Juan. Si el joven no tuvo otra forma de valerse que a través del crimen, el problema es su educación.
Ahora bien, si la cárcel no le ofrece otra cosa que mal servicio, que sobrepoblación, que mal personal y mala atención médica, dudo que el joven pueda salir con nuevas herramientas para enfrentarse a la vida.

Saludos